sexta-feira, abril 02, 2004

Hoje inicio uma maratona de posts dedicados a pessoas que assumem importância na minha vida. A ordem pela qual as vou apresentando é aleatória, consoante dita a minha vontade...



GELI
Un día nos cruzamos… tu sonreísa y amabilidad contagiáron el ambiente como una raya de sol. Y no fuí, jamás, la misma.

Los desayunos a las siete de la mañana, tu mala leche de un sueño que no dormiste, el cepillo en las rayas de los pasillos, las bromas y cachondeos, las charlas serias, el albariño en el sótano, la sesión de fotos, el maquillaje antes de las movidas, el “kiriki y a la puta calle”, los calamares intragables, el queso con membrillo divino, el pan tomaca con ketchup, las enanas demoníacas, las pelis dobladas y el “Yupi, cabrón” (por Dios), la cremación de Alejandro, las sábanas azules, la salida por la puerta grande, la cena portuguesa, el argentino y sus pringaos, el “me pongo colorada cuan-do me mi-ras”...

Lo cuanto te quiero no se escribe ni con cientos y cientos de palabras. Y la ilusión que me hace nuestra cumplicidad jamás se extingue. Haces parte de mi vida, no como un simple recuerdo, pero como una realidad inegable... sigue ardiendo en mi alma la magnitud de nuestra amistad y te sonreío todos los días, como se estuvieras a mi lado.

Y ya cuando séamos abuelitas, con las espaldas encorvadas y la piel arrugada, jugaremos, como dos crías, las memorias de un pasado, la alegria del presente y la promesa de un futuro...

Duende